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“Estamos a la espera de que su corazón se apague”: le dijo a Cuestión Pública, su tía Marta de Las Salas.

11 Mayo 2021

Por: Cuestión Pública

El hospital San Jorge de Pereira confirmó el fallecimiento de Lucas Villa, líder estudiantil que le había apostado al diálogo y a la manifestación pacífica a través del baile en medio del Paro Nacional. Lucas fue baleado durante una protesta el 5 de mayo en el viaducto de Pereira. A través de videos y testimonios, Cuestión Pública reconstruyó sus últimos pasos.

“Nos están matando”, gritó Lucas Villa, casi de manera premonitoria horas antes de que fuera baleado en medio de una manifestación pacífica en Pereira. Ese día, bailó, cantó, marchó. Conversó con amigos y desconocidos sobre la importancia de levantar la voz dignamente ante la reforma tributaria y la crisis en la que está sumida el país. Pero lo que debía ser una jornada más de movilizaciones en paz se convirtió en una tragedia.

Minutos después del posible atentado, Lucas fue llevado al hospital San Jorge de Pereira a donde llegó  el pasado 5 de mayo con pronóstico reservado. Hoy 11 de mayo, tras 6 días de incertidumbre, fue confirmado su fallecimiento.

“Estamos a la espera de que su corazón se apague”: le dijo a Cuestión Pública, su tía Marta de Las Salas.

Un familiar de Lucas que habló con Cuestión Pública dijo que todo parece indicar que se trató de un homicidio premeditado. Este medio hizo una reconstrucción cronológica desde el momento en que el líder estudiantil marchó el 5 de mayo en horas de la tarde hasta que fue trasladado de urgencia al hospital a las 8:00 de la noche. El material audiovisual fue extraído de redes sociales y verificado.

La última manifestación: un canto a la dignidad

Lucas Villa Vásquez tenía 37 años, era estudiante de Ciencias del Deporte y la Recreación en la Universidad Tecnológica de Pereira. También era instructor de yoga. Esa mañana, como lo venía haciendo desde el 28 de abril, salió para unirse al plantón. La última comunicación que tuvo con sus familiares fue a las 8 a.m. En esa conversación les reiteró la importancia de manifestarse de manera pacífica.

Ante los crecientes actos de violencia que empezaron a presentarse en Pereira durante la noche, Lucas había decidido solo salir de día. 

Al mediodía de ese 5 de mayo, sobre la calle 14 #12b-2 a, cerca del centro de la ciudad, se vio a Lucas hacer parte de la multitud de manifestantes que se dirigía hacia el Instituto de Movilidad de Pereira. Se le veía feliz. En un video quedó registrado bailando sobre las barandas de un puente vehicular. Vestía una camisa azul aguamarina y pantalón blanco.

Cerca de las 2 p.m., un testigo grabó el momento en el que el grupo con el que iba Villa avanzaba por la Avenida 30 de Agosto, junto al parque Olaya Herrera. En ese momento, Villa gritó: «¡Nos están matando en Colombia!». Una escena que han reproducido con dolor e indignación miles de usuarios en redes sociales.

En videos queda registrado cuando los manifestantes se iban reuniendo frente al Instituto de Movilidad, también el momento en que Lucas saludó de manera cordial a miembros de los Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD), que protegían el edificio. Momentos después, se unió a la multitud para cantar el himno nacional y seguir en la movilización.

Dos videos tomados a esa hora muestran a personas congregadas en la plazoleta de la Gobernación de Risaralda, a 150 metros del Instituto de Movilidad. Entre ellas se encontraba Villa cantando arengas. 

El atentado

Las siguientes imágenes que se conocen sobre el líder estudiantil lo muestran departiendo junto a varios compañeros a las 7:30 p.m. El grupo se encontraba frente al viaducto César Gaviria, a unos 2.5 kilómetros de donde Villa había marchado en la tarde.

Para poder reconstruir esta escena, Cuestión Pública verificó cinco videos diferentes que obtuvo de redes sociales. 

El primer registro de Lucas Villa y a uno de sus compañeros en el viaducto los muestra hablando con una persona que se encuentra en una camioneta blanca Renault Duster. Del vehículo les pasan una botella de gaseosa y una bolsa con alimentos. Mientras esto sucedía, se ve a una persona de blanco apuntándoles con un láser sobre un puente.  

En el segundo video quedan registrados los momentos en que les disparan a Villa y a su grupo. Segundos previos a la balacera se oye a Lucas gritar: «ignorante el terco, el dormido, despierte», mientras camina hacia el viaducto. Para el momento de la grabación el lugar estaba oscuro. Había muy pocas luces alrededor encendidas. En la otra acera del viaducto estaba estacionado un Nissan gris y se escucha el motor de al menos dos motocicletas. En el video no se oyen las voces de más personas hasta el segundo 00:20, cuando alguien grita en tono agresivo. Después retumban sucesivamente ocho disparos.  

Inmediatamente se oyeron los gritos de las personas alrededor. Algunos de los presentes se agacharon y trataron de buscar refugio. Luego, entre insultos, se escuchó varias veces el rugir de una moto que segundos después huyó. La cámara no alcanzó a captar las placas ni la dirección que tomó ese vehículo; tampoco a quienes dispararon. 

Segundos después se observa cómo varios testigos corren a auxiliar a Lucas Villa y a su compañero, que era menor de edad, que cayeron gravemente heridos, mientras crecía el estruendo de las sirenas. Varias personas prendieron la linterna de su celular tratando de dimensionar el impacto. En el minuto 1:27 se ve llegar una ambulancia, que se estaciona frente a una multitud confundida.

Un tercer video muestra un ángulo distinto tomado desde un puente cercano segundos después que se descargaron las ocho balas. El testigo alerta: «Están dando bala en el viaducto» y afirma que son las 7:33 p.m. La cámara capta al vehículo Nissan Gris del segundo video retroceder en reversa, mientras varias personas huyen del lugar. 

La cuarta y quinta grabación captan a Lucas Villa posado boca arriba, con los ojos abiertos, estático. Su camisa aguamarina y su pantalón blanco empiezan a teñirse de rojo. A sus pies se encuentra su compañero, boca abajo. A esta altura ambos han perdido mucha sangre. Según testigos, los agresores iban vestidos de civil y se transportaban en moto.  

Las personas que los auxilian exclamaban que ambos seguían vivos. “¡Tómenle el pulso, tómenle el pulso!”, gritaban.

Tras el atentado, Lucas Villa fue trasladado al Hospital Universitario San Jorge de Pereira, ubicado a unos 2 kilómetros de distancia del viaducto César Gaviria. Fue ingresado a las 7:59 p.m. Horas después varios medios de comunicación publicaron que Villa tenía muerte cerebral y después anunciaron su fallecimiento. A la mañana siguiente un familiar y médicos del hospital desmintieron la noticia. 

“El atentado a mi sobrino es un atentado a la democracia”

Marta De las Salas, tía de Lucas, le reiteró a Cuestión Pública que su sobrino nunca se sintió en peligro antes o después de manifestarse. Señaló que sus acciones estaban enfocadas en generar una transformación social mediante actos pacíficos, en ejercicio de sus derechos humanos y civiles.

“El atentado a mi sobrino es un atentado a la democracia y al ejercicio de un derecho legítimo. Mi voz para los manifestantes es que sigan su lucha, que no se dejen callar, y que todas sus acciones sean desde el amor, como siempre lo ha hecho Lucas”, dijo su familiar a Cuestión Pública.  

“Él es un ser lleno de humildad, de don de gentes, de capacidad de lucha y está dispuesto a generar con su aporte un cambio a la situación social. (…) Su consigna siempre ha sido que desde la violencia y las armas nunca vamos a llegar a una solución”, concluyó.

De no haber sido por el atentado, Lucas probablemente seguiría organizando su viaje a España, donde su esposa lo esperaba. Su tía nos contó que no había podido salir del país por las restricciones derivadas de la pandemia. 

Paz en su tumba.

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